doce, dice. dulce, prueba. la paciencia se le acaba en un ratito y dice once, se van los minutos que le quedan, pero ella no los quiere más, se quiere ir, sin más, sin mí.
once, como quien no quiere la cosa, posa su vaso medio lleno al filo de la mesa y lo deja caer, mierda! deja oir en la sala, mierda! todo se ha acabado, presiento. mierda! cuanta razón tenía, mierda! maldecía mientras se iba.
diez, pero si quedan diez todavía. no importa, el tiempo no es buen amigo y tú lo sabes, yo ya no soy tuya y tu serás mío un tiempo más. diez, el tiempo es mi mejor amigo porque si esos diez te hubieras quedado, ay de mí que me hubiera matado y ay de ti que de mí, en esos minutos, te hubieras enamorado.
nueve, de la noche, a dormir temprano que este feeling roedor a medida que se hace más de noche se vuelve más violento, menos lento y más humano.
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