El mundo era pequeño para mí. De lado a lado de la ciudad habían unas sesenta cuadras, casi como la Av. Arequipa. Ica no era la ciudad más agradable del mundo aún cuando todos los metereólogos le auguraban buen futuro, yo siempre supe que el futuro no está ahí, es una sin city que, por lo peor, no sabe que siempre peca, ahí no había salvación.
La puerta me pegó en la cara cuando, en Lima, me di cuenta que ahí tampoco la podía encontrar. Dios me dijo alguna vez que el mundo era malo porque los hombres, desde pequeños, no sabían lo que era el bien, que estos tiempos modernos eran inmorales y que la única manera de encontrar la bondad era en uno mismo porque ya ni en los sacerdotes se podía confiar del todo. Con otras palabras, me dije, el mundo necesita buenas almas, no para salvarlo, sino para hacer contraste.
Lima, 2004. Empecé el ciclo con dolores de cabeza tremendos. Por tres razones muy sencillas, la primera era que el no usar los lentes hacía que esforzara mis ojos todos los días en clase y al final del día terminaba sufriendo en cama. La segunda razón era más cojuda todavía, llegando con dolor de cabeza no podía terminar en cama porque no tenía. Dormía en un colchoncito delgado tirado en el suelo, con una almohadita, porque compartía un cuarto pequeño con mi hermano y sólo había una cama, a mí me correspondía lo menos cómodo justificadamente, él sufrió de asma mucho tiempo. La tercera razón es académica, en Matemática 1 todo se resolvía con puntos críticos y oh! maravilla! en Ica nunca me enseñaron eso ni en el colegio ni en la academia, sin embargo hasta el más bruto del salón lo sabía al dedillo, problemas de una ciudad atrasada. La cuestión es que no saberlos me obligaba a pensar el doble lo que me stressaba de sobremanera.
Lima, 2004, abril o mayo. Nunca fui bueno para hacer amigos. Digamos que soy tímido.
Gracias al Winning Eleven conocí al que sería mi primer grupo en la universidad, un chino de puta madre y dos chicos más. Desde pequeño me cayeron bien los chinos por la forma de sus ojos que les da una expresión curiosa que siempre me alegra el día.
Pasado el tiempo, y no recuerdo cómo, me hice amigo de un grupo de chicas del horario. Como todos compartíamos todos los cursos era fácil conocerse entre todos, pero siempre formamos ciertos grupos que a la larga se irían disolviendo hasta que seleccionáramos un par para hacer una amistad que duraría toda la carrera universitaria.
Erika me gustaba, su busto, su sonrisa y su cabello largo. Era una chica guapa a su manera, con un color de piel bellísimo. Fue por ella que me acoplé al grupo de mujeres. De inicio me hice amigo de ella, de Iris y de Soleil. Alguna vez me acuerdo de otra chica del grupo que se llama Joselyne o algo parecido, pero del grupo me acuerdo de aquellas tres y cada una tendría influencia en parte de mi vida.
Erika, me encantaba, como dije, su busto, su sonrisa y su cabello largo. Bonita figura, nariz preciosa. Nunca supe cómo hablarle hasta que, como excusa, le dije que si quería que le trajera algo de Ica me diera su correo electrónico así comunicarme con ella. Por supuesto que, para no ser evidente, le pedí lo mismo a sus amigas y así surgió una "comunicación más fluida". Me gustó mucho en cuanto la conocí, sin embargo a muchos otros varones del horario también por lo que el gusto fue diluyéndose hasta desaparecer, como dije nunca me gustaron mucho las chicas que tenían tantos ojos encima.
Opté por ayudar, entonces, a un compañero que quiso estar con ella tiempo después de que la conoció. Nuestros intentos por conseguirlo fueron muy buenos pero con cierto factor que, al final, significaría su derrota: cobardía.
Cuando, después de toda una estrategia bien planificada durante meses, pudimos ir a su casa para que le dieran un sí, él demoró, se avergonzó y finalmente fue choteado. Unas lágrimas de Erika significarían que no quería hacerle daño y que tuvo toda la intención de tener una relación con él pero las oportunidades no se desperdician y mi compañero no supo aprovechar lo que, hasta entonces, hubiera sido la relación más bonita de lo que conocía de la universidad.
Tiempo después apareció Alvaro, el chico más guapo del salón que terminaría estando con ella, y yo pensé que se habían juntado bastante bien los más atractivos del horario. En vacaciones, como suponía que iba a pasar, él terminó con ella al irse a USA a trabajar y a divertirse de lo lindo, nunca llegaron a reconciliarse una vez en Perú y terminó su historia.
Erika desapareció de mi vida tan rápido como llegó, una división de un macrogrupo de la universidad la alejó y luego, simplemente, dejamos de hablarnos. Tal vez ella sepa, pero yo no sé cómo fue realmente que se deterioró nuestra relación pero un bye bye simpático fue lo último que pude decirle.
Soleil Richards. Blanca, cabello castaño, rellenita, un busto enorme y unos lentes de fina montura. Una mujer con una madurez e inmadurez impropias de su edad.
Por supuesto, la parte madura de ella era increíble, sus palabras, las conversaciones que teníamos y sus orejas bellísimas siempre dispuestas a escucharme.
Todo comenzó con un "Quién se robó mi queso?" y un examen de Etnicidad que jaló. Nos hicimos amigos muy rápidamente y nos visitábamos seguido, nos encontrábamos durante y fuera de clases. A mi madre le encantaba, cuando conversaban eran como dos comadres dispuestas a charlas desde el almuerzo hasta la hora del lonche.
Era evangélica, creo, y alguna vez me invitó a su iglesia que para mí era un concierto mal animado, no porque lo fuera en sí sino que yo nunca me he caracterizado por ser muy apegado a la religión.
De todas las cosas que puedo mencionar y no haré, me quedan muy muy muy gratos recuerdos, su sonrisa era angelical y sus perros preciosos, su casa guarida y lo más importante, su hombro fue mi paño de lágrimas contadas ocasiones que fueron para mí un desahogo divino.
Su vida amorosa y la universidad eran sus puntos flacos. Perdió al chico de su juventud en un descuido, por la impaciencia de sentirse querida. Al nuevo chico creo que no lo quiso aunque solo ella lo sabe. Luego apareció un tipo, delegado del horario, con el que jugaron entre ambos al sin compromiso de compra, se divirtieron y acabó el show. Su problema, tal vez, era que le gustaban los chicos de pelo largo (a excepción de mí cuando tenía el cabello hasta los hombros) y los musicians.
Poco tiempo después dejo la universidad, jaló algunos cursos y se retiró. Era hora, no era su vocación la que estaba en el campus sino la que encontró en lo que más disfrutaba, cocinar postres. Sus brownies eran deliciosos y los invitaba sin pedir nada, era un ángel con defectos, pero ángel al fin y al cabo. Se casa el próximo año y quiero que sea muy feliz, que tenga hombros para poder llorar como ella me brindó los suyos y que tenga los niños más bellos del mundo, que me digan tío y yo les diga cuan grato fue haber conocido a su madre.
La estrella de esta historia sería una enamorada, otra gran persona.
Iris, como el de los ojos. Frentona, tez acanelada, lentes de contacto, ojos enormes.
Nunca la vi hasta que escupí desde el segundo piso de la facultad hacia el jardín. Me miró y reprobó, ya sabía que sería mi enamorada, la gracia era conseguir que lo fuera aunque ella no lo supiera aún.
Tenía manías graciosas como posar la yema de sus dedos en la frente, como pensando, cada vez que se preocupaba. Era muy religiosa a su manera y es buena, eso no me cabe duda. Si bien inmadura y preocupada por la opinión de sus padres, me caía bien.
La primera gracia comenzó en una reunión de estudios de esas en la que se estudia poco y chismea mucho. La besé en la frente, mi sana costumbre, y entre besos y besos que le daba, algo surgía pero ni yo ni ella sabíamos qué. Yo no la quería para ese entonces y ella posiblemente ni tenía en mente a alguien como yo.
Entre mucho show y palabras, terminamos besándonos en la banca de algún parque cercano a la universidad una noche después de clases pero no estuvimos desde ahí, sino tiempo después, tras muchas discusiones y muchas insistencias. Al fin y al cabo estar o no, no era tan relevante porque era como que sí pero no, y cuando sí, no formalizado, y cuando cuasi formalizado, ya había terminado todo.
La importancia de esta enamorada es que es la única que pudo aguantarme lo suficiente como para que yo no pudiera aguantarla a ella, no por lo que ella era sino porque no soportaba que viviera lo que sus padres querían que viviera, es más, creo que todavía lo hace. Duramos como ocho meses conflictivos y bonitas experiencias. Cometí un error imperdonable, le regalé un recopilatorio de poemas que no sólo eran para ella, para mí resulta incomprensible cómo algo así puede incomodar a alguien, pero las mujeres, a mi parecer, siempre han estado locas y nunca dejaran de estarlo, por supuesto ella no era una excepción. Es evidente también, que yo soy demasiado incompetente como para comprenderlas.
Terminamos con varios inconvenientes, ella porque me creía culpable de un hecho que ocurrió cuando no había posibilidad de que fuera delito, y yo porque me creía inocente de este. La cuestión es que por engreimientos de ambas partes dejamos de hablarnos mucho tiempo, luego ese nada de habla se volvió un muy de vez en cuando hasta ahora.
Las anécdotas sin incontables, los besos también. Las malas horas fueron horrendas, pero llevaderas, supimos aguantarnos más de la cuenta, pero esto no se trata de aguantar sino de cosas más entretenidas.
Estas tres mujeres marcaron el inicio de la vida en una ciudad que detesto hasta hoy, no tanto como Ica pero parecido, porque ambas se van a la mierda, no porque se vuelvan más pobres o estén en decadencia sino porque la gente empieza a ser más egoísta, menos sincera y sobre todo, menos buena que no es lo mismo que mala.
Sin ellas, no hubiera podido tener la historia que tengo ni haber llegado hasta acá. Cómo así?, pues sencillo, todas supieron ver lo mejor de mí, aunque no entiendo bien el cómo le hicieron pero rescataron partes de mí que no sabía que todavía tenía. De por qué aceptaron ser mis amigas, sospecho, que es porque ese día olvidaron sus gafas y no me vieron bien, de lo contrario, gracias por haberme aceptado en parte de su historia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
1) Ica te odia a ti y tu le haces mal a Ica.
2) Sólo he sabido de una persona por la que te has cagado. Y..
3) No eres tímido, sino antisocial!
PD: me gustaba la pollada
tq :)
Gary,me has hecho recordar tantas cosas bonitas de la universidad,y yo tambien guardo gratos recuerdos de ti,de las canciones que cantabamos en tu casa,cuando escuchabamos pandora,y tus gustos tan diversos por la musica,y esa gran mochila que llevabas en primer ciclo,llena de cds...
Las amanecidas de estudio en mi casa,las veces q te quedaste a dormir...las miles de veces q tu me escuchaste,los sanguches de carretilla del tio bigote(yo sempre pedia lo mismo,pan con pollo,mayo y tartara hahaha)...gracias por todos esos recuerdos...(acabo de recordar la tortuga!!)(y quien se llevo mi queso?..jajaja)
Gracias Gary por existir...
se lo que quieras ser,y se el mejor!..te quiero!
Soleil..!
Publicar un comentario