lunes, 11 de mayo de 2009

Mirador

Le dolía la cabeza por las mil trenzas que se había hecho, pero se veía linda como niñata, como una serenata a medianoche, como la noche en la playa y como la playa en las tardes previas a que llegue abril.

Le dolía la cabeza por las mil trenzas y a mí me dolían los ojos de no verla (más).

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