- No me trajiste chocolates
- Y, ¿para qué quieres chocolates que no te vas a comer?, los vas a regalar porque te engordan.
- Pero es el detalle.
- No es el detalle, es el hecho de que no te voy a regalar algo para ti cuando no será para ti. ¿Acaso tú me darías un reloj para que lo use mi hermano?
- Idiota, el reloj que te regalé, lo usa tu hermano.
- Pero si sabías que yo no uso reloj. Osea, es tan simple, no me regales algo que no quiero y si quieres, porque te será más cómodo, no me regales nada que tengas que comprar que yo me puedo comprar todo lo que quiero tener.
- Ay, pero eres desesperante.
- Y claro que lo soy, te advertí antes de que empezáramos a salir, te voy a volver loca en un mes o dos, porque yo estoy loco y esas huevadas se contagian.
- Pero, no sé, pudiste habérmelo devuelto.
- Entonces no hubiera sido regalado. Yo que sé, además ya fue, no entiendo porque nos complicamos por las huevas. Siempre tenemos problemas como estos por tonterías que no me gusta discutir a mí pero que para ti significan algo que yo no puedo descifrar por más que intento, si pudiera ser como quieres que sea intentaría parecerme un poco a ese yo que quieres de mí sin alejarme del yo que soy.
- Olvídalo, nunca entenderás.
- Lo siento.
- Lo siento, lo siento. Así no arreglas nada!
- Y bueno, gritándome tampoco es que arregles mucho. Deberíamos sentarnos y conversar tranquilos, no he venido a pelear contigo sino a pasar un buen rato, cariñoso y amable.
- Es que las cosas no son tan fáciles.
- Epa!, tampoco son tan difíciles. Lo que estás haciendo es maximizar un detalle minúsculo. ¿Querías que te trajera regalo?, está bien, mañana te traigo uno y ya está.
- Ay! no es eso, no me traigas ni mierda, era hoy que tenías que regalarme.
- Pero hoy no te traje nada, ¿qué solución hay?
- En verdad, eres medio imbécil o simplemente quieres desesperarme, pero no voy a caer eh.
- Caer en qué monga, yo no quiero discutir. Sólo, yo no soy de los que regalan cosas por cada mes, es más, ni me acuerdo qué mes cumplimos.
- Cómo no te vas a acordar, hoy cumplimos tres meses de enamorados, tres!
- ¿Tres?, con razón ya te volví loca. Pero tres de qué, ¿desde que comenzamos?. No seas tonta, no voy a estar pendiente del día en que comenzamos y recordarlo cada mes como un idiota, el día en que comenzamos fue un día que ya pasó y fue chevere, bonito, lo que quieras pero ya pasó. Si viviera pensando en esas tonterías te tendría que decir, no sé, que antes de ayer se cumplió un mes desde que te presenté a mis padres, fácil dentro de cuatro días se cumple dos meses desde que nos acostamos y posiblemente ya vayamos a cumplir dos años de conocernos. ¿Ves a lo que me refiero?
- No
- Que no importan las fechas en las que ocurrieron las cosas, importa que ocurrieron y ya.
- Ok.
- ¿Eso es?
- Que ok, que ya entendí.
- Entonces, ¿no seguimos discutiendo?
- Ya no.
- Entonces, vamos a la sala, descansemos y veamos una película.
- ¿Por qué no vamos al cine?
- Porque compré una película para verla acá, que es más barato, más cómodo y puedo dormirme sin incomodar a nadie.
- ¿Te vas a dormir?
- Y claro, si hoy trabajé horas extras, estoy algo cansado cariño.
- Siempre estás cansado.
- Y tú cansándome más.
- Ahora estás cansado de mí también.
- ¿Y cómo no, si salimos de una discusión para entrar en otra?
- Ok, olvídalo. Ni rosas pudiste traerme.
- No me gustan las rosas.
- No es que te tengan que gustar a ti, es que me tienen que gustar a mí.
- No me exprese bien. No me gusta regalar rosas.
- Pero a mí me gustaría recibirlas.
- Pues, no quiero ser cruel aunque esto suene así, pero entonces busca a alguien que te regale rosas, yo no lo voy a hacer, no me gusta regalarlas, todo el mundo lo hace. Hace poco te regale una maceta enorme con girasoles.
- No es lo mismo.
- Por supuesto que no es lo mismo, los girasoles son miles de veces más bellos.
- Pero yo quiero rosas!
- Y yo quisiera dejar de discutir, pero no siempre se obtiene lo que uno quiere querida.
- No te aguanto más.
- (desconcierto) Me sorprende que lo digas, no sabía que tenías que aguantarme, porque esto de estar no se trata de tener que aguantarse cariño. Yo disfruto, en cambio, cuando estás a mi lado.
- Oye, ehmm, no sé si me arrepentiré de esto, pero creo que sería bueno darnos un tiempo para que recapacitemos si en verdad nos conviene seguir juntos.
- ¿Estás segura?
- Sí, ya sé que no crees en eso de darse un tiempo, y también sé que cuando terminas con alguien no piensas nunca en volver, pero será lo mejor.
- No me gustan tus métodos, pero si eso te hace bien, procedamos.
- ¿Así no más?
- Sí, hay cosas que quieres que yo puedo aceptar, hay otras que no. Esta es de las que sí cariño.
- No me gusta la simpleza con lo que te tomas esto.
- A mí me gustaría irme a mi pieza, descansar y seguir con mi vida.
- Sin mí.
- Sólo si tú quieres.
- ¿Y tú quieres?
- Claro que quiero, lo que no quiero es que sigamos con estas cojudeces, yo no soy la persona que tú soñaste, sólo soy la persona que quieres. Sabiendo esto, podrás elegir si seguir juntos o no.
- ¿Y tú?
- A mí no me gustan esas decisiones, tómalas tú.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Ilarante... me gustó sobre todo el final; a seguir escribiendo...
waaaaaaaaa!
esta mostroooo!
dialogos fluidos y geniaales!!
PD: Que problematicas son las mujeres a veces! jajajaja
ay herpesito, eso no es amor
Publicar un comentario