Los vientos de oriente me hicieron demente,
un caballero sin alma, sin temple, sin mente.
Los vientos de oriente me hicieron diferente
un poeta sin talento, un borracho valiente.
Los vientos limeños me hicieron amable,
un caballero con alma y mente desechable.
Los vientos limeños me hicieron maleable,
un poeta sin talento, un borracho despreciable.
Los vientos iqueños me hicieron profundo,
un caballero sin alma, sin mente, sin mundo.
Los vientos iqueños me hicieron vagabundo,
un poeta sin talento, un borracho iracundo.
Los vientos de tu boca me han hecho amante,
un caballero de alma y mente galante.
Los vientos de tu boca me han hecho poeta,
sin talento, pero con cabeza y corazón galopante.
Los vientos de tu boca me han hecho elefante,
un animal que no ve hacia atrás,
que solo te ve a ti, delante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario