martes, 16 de julio de 2013

Cerros verdes

Cerros verdes, cielo azul, cierro ojos, no estás tú.
Cerros verdes, cielo azul, you are not here, you are not true.

Tras dos semanas
“Tu amor abrió mi herida
porque
todo lo que te hace bien
siempre te hace mal”
Fito Páez

Hay unos segundos de silencio fatales, la duda, la ausencia de respuesta, esa realidad que sabiendo verdad no quieres responder. Mi pregunta fue si realmente seguía enamorado o si seguía mi relación por costumbre, dos segundos de silencio fueron suficientes para delatarme, para permitir una reacción en cadena que implicaba terminar con la costumbre y con el amor, con el amor a la costumbre y con la mala costumbre de amar por amar. Dos segundos fueron suficientes para hacerme a la mar.

Hay unos minutos de bulla fatales, la duda, la abundancia de respuestas, esa realidad que sabiendo mentira no quieres descubrir. Mi pregunta fue si realmente era correcto terminar o debía de terminar por corregir la relación, y una relación de respuestas se me vino a la cabeza, ninguna buena, ninguna mala, pero todas posibles. Dos minutos de bulla fueron suficientes para decidirme, para permitir una reacción a las cadenas que implicaba un respiro y libertad. Dos minutos fueron suficientes para lanzar anclas y parar.

Hay unas horas entre silencio y bulla, fatales. La duda, la claridad en la respuesta, esa realidad que no será más mi realidad. Hay unas horas previas al fin de las relaciones en las que el pulso baja, la presión no alcanza y la lengua no hila las palabras. El fin dura tres segundos y cuatro palabras: creo que debemos terminar. El fin duele como cien balas, tres segundos y cuatro granadas.

Hay unas horas posteriores donde abunda el silencio en medio de la tormenta, esas horas son fatales. Te asaltan las dudas, te roban el pasado y te obligas a cambiar la realidad. Hay unas horas posteriores al fin de las relaciones en las que el pulso muere, la presión te atrapa y la lengua te repite las palabras: creo que debemos terminar. El fin dura tres horas sin poder dormir entre frazadas. El fin no duele, pero los infartos amenazan, el corazón muere, la cabeza se salva.


Hay unos días posteriores donde abunda el silencio en medio de la carretera. Hay unos días donde el fin es inicio y el inicio es vida, respiro y libertad, esos días son saludables, esos días son todos hoy. 

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