miércoles, 1 de julio de 2009

de la bulla de los ojos

me gusta la bulla de tus ojos,
esos mundos de magia,
esos iris que son las tapas
de tus pupilas que me cuentan,
cómo has vivido y
de la vida
que no quieres vivir conmigo.

decia mama que las miradas matadoras eran las del amor flirteador, las del amor conmovido, las del odio despechado o las del odio reciente.

a los ojos les encanta decir lo que no pueden las palabras, chismosas, indiscretas.

las palabras mas directas no son las que dicen las bocas, sino los ojos.

los ojos gritan mas fuerte que las cuerdas de la garganta.

quien como los ojos, que hablan y escuchan al mismo tiempo.

los ojos son el mapa que indica por donde hay que andar en la vida.

martes, 23 de junio de 2009

voy en diez minutos (tirado)

no era tarde, tampoco temprano. era la hora en que debía llegar, daba el segundero un paseo por el reloj para retrasarla un minuto, quizá dos, quizá tres y ya ves que no sé, yo la espero más allá del tiempo pensaba. O era más allá del tiempo en que pensaba, ya ves que no sé.

no era tarde ni mucho menos, porque todas las mujeres se toman su tiempo. y es porque gastan el tiempo que tienen en puras cojudeces antes de las que importan de verdad. Había pasado media hora de la hora en que habíamos pactado vernos, pero ni su sombra. Ni su sombra ni su aroma, ni su aroma ni nada, ella no aparecía, de casa no había salido, no había a salido ni a asomar su cabeza por la ventana.

no era tarde, era muy tarde y pensaba que me había plantado.

No debía llamarla, era hora para olvidarla, dejarla de lado y seguir con mi vida con alguien que me rechazaría una y mil veces más.

Pero un yo fue más fuerte que mi yo, y la llamé.

Sus padres habían fallecido hacía una hora y yo no supe qué decir, voy en diez minutos dije, y hace una hora que sigo parado aquí.

domingo, 31 de mayo de 2009

Avioncito

He tirado un avioncito de papel
De papel he tirado un avioncito
Un avioncito de papel he tirado.

He tirado un poemita volador
Volador el poemita ha llegado
A tu puerta de color dorado
Y forzosamente ha aterrizado

He tirado un avioncito de papel
Un poemita volador he tirado

Para que a tu casa llegue
Saltando y planeando de nido en nido
Para contarle y que se entere
Cuánto cuánto la he querido.

Y has tirado el avioncito de papel
De papel un avioncito has tirado
Y pensé que vendría volando
Por el cielo miraflorino
Pero el avioncito nunca vino,
Nunca vino.

viernes, 22 de mayo de 2009

tirado

[...] porque cuando te recito, la voz se me hace un hilo y, así, voy tejiendo un guante que te acaricia con mis versos.

miércoles, 20 de mayo de 2009

tirado

la castilla estaba casi vacía pero eran las horas en las que quería seguir tomando.

señor, sírvame otro vasito más, y siga haciéndolo hasta que estos ojos no sepan llorar. le dije

por supuesto, me sirvió, iba por la décimo tercera y no había indicio confiable de que esto fuera a parar. luego de muchas más copas ningún vómito se me vino por la garganta, ninguna palabra me supo bien, sólo quería seguir bebiendo para no estar conciente cuando llegara el amanecer.

la castilla estaba casi vacía, solo quedábamos el viudo de la gabardina gris y yo. él mirando al vacío pensando en todo y yo mirándolo todo pensando en nada. daban las cinco de la mañana y me llegó al alma una pregunta, una que yo nunca podría responder y tú nunca querrías responderme.

era acaso tan difícil saber si algún día me podías querer.

lunes, 11 de mayo de 2009

pero no importaba

ya caía la lluvia cuando salió a recibirme gritando balazos despechados sobre mi panza, y me dolía el alma, pero no importaba

ella lloraba con las gotas de lluvia sobre sus mejillas, y yo me disculpaba pero no importaba.

ya caía la lluvia cuando salió a despedirse por última vez de este animal sin alma, y me dolía el alma, que no tenía, la cara de vergüenza y la panza, y le dije que volvería, pero no importaba.

Mirador

Le dolía la cabeza por las mil trenzas que se había hecho, pero se veía linda como niñata, como una serenata a medianoche, como la noche en la playa y como la playa en las tardes previas a que llegue abril.

Le dolía la cabeza por las mil trenzas y a mí me dolían los ojos de no verla (más).

viernes, 17 de abril de 2009

Griterío

Grita la gente al verte luchando contra el tráfico para cruzar dos calles toreando los automóviles antes de entrar a tu recinto, a tu casa, a tu universidad. Grita la gente con los ojos, qué bella eres y los murmullos bajos, que con suerte escuchas, susurran mírala cómo saltan sus pies al caminar y cómo baila el cabello acariciando su espalda, mira sus ojos y dime si no son las esmeraldas oscuras más hermosas que se pudo ver.

Gritan mis ojos, tensos y nerviosos, que quiero quedarme en el refugio de tus labios, pegarme a la tibieza de tus mejillas y sudar en el calor de tus palabras. Gritan mis ojos que te quiero y sé que tú escuchas la voz de mi mirada.

*A veces grito por un poco de silencio*

jueves, 16 de abril de 2009

Tirado

Camina la doña en sandalias limpias, con los pies lavaditos también,
camina mirando a nadie, camina sin importar qué.

Camina la doña en sandalias sabiéndosa bella, sabiéndose bien,
y corre la brisa alrededor de ella, corre la vida con sabores a miel.

Camina la doña en sandalias, toda ella fina como tallada por un genio del cincel,
que la hizo reina del arte, perfecta de la sien a los pies.

Camina la doña en sandalias, y yo miro en sus piernas el bronceado de su piel,
y la imagino tumbada en la arena bajo los últimos rayos del atardecer.

Caminaba la doña en sandalias, ayer.

lunes, 6 de abril de 2009

Recitar

Recitar es romper el silencio,
con una caricia.

sábado, 4 de abril de 2009

Tirado

cuando estoy cubierto de pintura, de letras inútiles e ideas estúpidas, llegas como aguarras,
como una canción de cuna, de amores fútiles y melancolía, llegas como paloma de la paz.

cuando estoy devastado, inundado de nostalgia en un mar de lágrimas, llegas como poesía,
como un sinfín de versos alejandrinos llenando mis páginas, llegas como avemarías.

cuando estoy vacío, insípido de alma y amargo en soledad, llegas como centella en la oscuridad,
como luna reflejada en el río, como las luces de la ciudad. Como paloma, como avemaría, como poesía y aguarras.
llegas como azucena del monte, una brisa de esperanza, un suspiro de tranquilidad.

sábado, 28 de marzo de 2009

Telefonus

dicen que dan cien minutos por cincuenta céntimos. dicen que se habla una eternidad al teléfono. dicen que aunque no se pueda besar, se puede dejar el alma al auricular...



y eso dicen pero yo no lo sé, porque me paso los cien minutos esperando a que contestes, y no, no contestarás.

domingo, 22 de marzo de 2009

Feo

"Sigues pensando que yo tengo la culpa"

Ella


No.

Usted piensa que yo soy un despechado vengador de las causas justas y de los amores desdichados, un asesino a sueldo y sin pudor. No. Usted piensa que yo soy un poeta difamador.


No.

Usted piensa que soy un cobarde que habla a sus espaldas, un periodista que vive de contar chismes acerca de usted. No. Usted piensa que soy un aficionado de la masturbación y la espío esperando a que se quede desnuda en la ventana.


No.

Usted piensa que yo la odio, señorita. Y no.
Yo soy el alma sin rencores, sólo un asesino de piojos y liendres, un poeta fracasado y un canciller de la irrealidad.


Y sí. Usted tiene toda la culpa.

sábado, 21 de marzo de 2009

Tirado (feo)

"Me muero por estar contigo
me muero por volverte a ver
me muero por besar tu boca
tu boca que tanto esperé"
Silvana Di Lorenzo


Me muero por vivir estos dos segundos contigo, esta visión envolvente que comienza en mis ojos y termina donde yo no sé porque tu imagen me recorre de pies a cabeza y así otra vez.

Me muero por vivir y vivo para escribir estas cosas, y estas cosas... ay, estas cosas me matan...

miércoles, 18 de marzo de 2009

Tirado (feo)

quisiera ser un poeta marinero e irme de viaje a mirar como un imbécil el mar, deseando regresar para volver a ver a alguna amante que se deja en cada muelle, de esas que te consuelan tras fornicar porque uno se pone a llorar recordando a la amada que dejó en el primer puerto.

quisiera ser un poeta marinero, de esos que cogen tres prendas y se hacen a la mar pensando que escaparán de todo y se sentirán libres. imbéciles pues, porque los barcos son una cárcel con buena vista y puta adentro.

quisiera ser un poeta marinero y contarle a las gaviotas
cuanto te quiero, cuanto te quiero.
quisiera ser un poeta marinero y enviarte, en una botella,
todos mis poemas y un lapicero.

jueves, 12 de marzo de 2009

No me gustan

- No me trajiste chocolates

- Y, ¿para qué quieres chocolates que no te vas a comer?, los vas a regalar porque te engordan.

- Pero es el detalle.

- No es el detalle, es el hecho de que no te voy a regalar algo para ti cuando no será para ti. ¿Acaso tú me darías un reloj para que lo use mi hermano?

- Idiota, el reloj que te regalé, lo usa tu hermano.

- Pero si sabías que yo no uso reloj. Osea, es tan simple, no me regales algo que no quiero y si quieres, porque te será más cómodo, no me regales nada que tengas que comprar que yo me puedo comprar todo lo que quiero tener.

- Ay, pero eres desesperante.

- Y claro que lo soy, te advertí antes de que empezáramos a salir, te voy a volver loca en un mes o dos, porque yo estoy loco y esas huevadas se contagian.

- Pero, no sé, pudiste habérmelo devuelto.

- Entonces no hubiera sido regalado. Yo que sé, además ya fue, no entiendo porque nos complicamos por las huevas. Siempre tenemos problemas como estos por tonterías que no me gusta discutir a mí pero que para ti significan algo que yo no puedo descifrar por más que intento, si pudiera ser como quieres que sea intentaría parecerme un poco a ese yo que quieres de mí sin alejarme del yo que soy.

- Olvídalo, nunca entenderás.

- Lo siento.

- Lo siento, lo siento. Así no arreglas nada!

- Y bueno, gritándome tampoco es que arregles mucho. Deberíamos sentarnos y conversar tranquilos, no he venido a pelear contigo sino a pasar un buen rato, cariñoso y amable.

- Es que las cosas no son tan fáciles.

- Epa!, tampoco son tan difíciles. Lo que estás haciendo es maximizar un detalle minúsculo. ¿Querías que te trajera regalo?, está bien, mañana te traigo uno y ya está.

- Ay! no es eso, no me traigas ni mierda, era hoy que tenías que regalarme.

- Pero hoy no te traje nada, ¿qué solución hay?

- En verdad, eres medio imbécil o simplemente quieres desesperarme, pero no voy a caer eh.

- Caer en qué monga, yo no quiero discutir. Sólo, yo no soy de los que regalan cosas por cada mes, es más, ni me acuerdo qué mes cumplimos.

- Cómo no te vas a acordar, hoy cumplimos tres meses de enamorados, tres!

- ¿Tres?, con razón ya te volví loca. Pero tres de qué, ¿desde que comenzamos?. No seas tonta, no voy a estar pendiente del día en que comenzamos y recordarlo cada mes como un idiota, el día en que comenzamos fue un día que ya pasó y fue chevere, bonito, lo que quieras pero ya pasó. Si viviera pensando en esas tonterías te tendría que decir, no sé, que antes de ayer se cumplió un mes desde que te presenté a mis padres, fácil dentro de cuatro días se cumple dos meses desde que nos acostamos y posiblemente ya vayamos a cumplir dos años de conocernos. ¿Ves a lo que me refiero?

- No

- Que no importan las fechas en las que ocurrieron las cosas, importa que ocurrieron y ya.

- Ok.

- ¿Eso es?

- Que ok, que ya entendí.

- Entonces, ¿no seguimos discutiendo?

- Ya no.

- Entonces, vamos a la sala, descansemos y veamos una película.

- ¿Por qué no vamos al cine?

- Porque compré una película para verla acá, que es más barato, más cómodo y puedo dormirme sin incomodar a nadie.

- ¿Te vas a dormir?

- Y claro, si hoy trabajé horas extras, estoy algo cansado cariño.

- Siempre estás cansado.

- Y tú cansándome más.

- Ahora estás cansado de mí también.

- ¿Y cómo no, si salimos de una discusión para entrar en otra?

- Ok, olvídalo. Ni rosas pudiste traerme.

- No me gustan las rosas.

- No es que te tengan que gustar a ti, es que me tienen que gustar a mí.

- No me exprese bien. No me gusta regalar rosas.

- Pero a mí me gustaría recibirlas.

- Pues, no quiero ser cruel aunque esto suene así, pero entonces busca a alguien que te regale rosas, yo no lo voy a hacer, no me gusta regalarlas, todo el mundo lo hace. Hace poco te regale una maceta enorme con girasoles.

- No es lo mismo.

- Por supuesto que no es lo mismo, los girasoles son miles de veces más bellos.

- Pero yo quiero rosas!

- Y yo quisiera dejar de discutir, pero no siempre se obtiene lo que uno quiere querida.

- No te aguanto más.

- (desconcierto) Me sorprende que lo digas, no sabía que tenías que aguantarme, porque esto de estar no se trata de tener que aguantarse cariño. Yo disfruto, en cambio, cuando estás a mi lado.

- Oye, ehmm, no sé si me arrepentiré de esto, pero creo que sería bueno darnos un tiempo para que recapacitemos si en verdad nos conviene seguir juntos.

- ¿Estás segura?

- Sí, ya sé que no crees en eso de darse un tiempo, y también sé que cuando terminas con alguien no piensas nunca en volver, pero será lo mejor.

- No me gustan tus métodos, pero si eso te hace bien, procedamos.

- ¿Así no más?

- Sí, hay cosas que quieres que yo puedo aceptar, hay otras que no. Esta es de las que sí cariño.

- No me gusta la simpleza con lo que te tomas esto.

- A mí me gustaría irme a mi pieza, descansar y seguir con mi vida.

- Sin mí.

- Sólo si tú quieres.

- ¿Y tú quieres?

- Claro que quiero, lo que no quiero es que sigamos con estas cojudeces, yo no soy la persona que tú soñaste, sólo soy la persona que quieres. Sabiendo esto, podrás elegir si seguir juntos o no.

- ¿Y tú?

- A mí no me gustan esas decisiones, tómalas tú.

domingo, 8 de marzo de 2009

Tirado

Hay locura en mis palabras, una que ni yo mismo entiendo. Hay una locura sana, de esas que te tumban a carcajadas y hay una maligna, de esas que te encierran en una incertidumbre infinita buscándole el por qué a las cosas.



De la sana me queda solo la sonrisa y unas frases que repito con nostalgia preguntándome qué es lo que ha cambiado de unos cinco años atrás hasta hoy. De la maligna, que me atormenta, me queda todos los días la duda si me liberaré de estas cuestiones que no tienen respuesta y estas respuestas que no son las que he buscado ni ayer ni hoy.



De esta locura, enferma, me cuelgo para justificar mi estupidez. La uso como escudo para las críticas y me alimenta cuando no tengo nada que decir. De esta locura, enferma, me quedan páginas enteras de alucinaciones y sueños venidos a menos que nunca quise se hicieran realidad, teniendo que huir de la posibilidad de que estas narcoticidades llegarán a mi vida antes que yo.



De esta locura sé, creo, que me sostengo a diario, porque dentro de todo este mundo paralelo que ha crecido en mi cabeza las cosas tienen sentido. En la razón y la realidad, en cambio, las cosas van en el sentido contrario. De esto resulta que yo no sepa a dónde ir, a donde encuentro sentido o a donde el mundo se hace inentendible y, en la duda, me quedo parado.

jueves, 26 de febrero de 2009

Tirado (feo)

Soy como un hobbit, pequeño y, por eso, aparentemente tierno, y ando descalzo también. Tengo los pies llenos de pelo y las plantas negras de tanto andar, con las sandalias en la mano mientras regreso desde Barranco a patas sintiendo en los pies el ardor.

Soy como un ciego optimista, a propo, cierro los ojos y empiezo a descubrir el mundo con mis otros sentidos, apelo al tacto para orientarme y descubrir las infinitas texturas de las cosas, huelo el aire de mierda a ver si mi nariz enorme me guía hacia la playa a regocijarme con ese olor a mar que te lleva por él como a un marinero, sin dejar de tener los pies en la arena. Y escucho el mundo, mis latidos y la radio que no capta bien la señal, y siento el universo diferente, como si fuera nuevo para mí, así cada día, y así aprendo a diario a vivir.

Soy como una tempera que cuando llega a la vida de uno genera ganas de usar, ilusión, augura obras maestras pero una vez abierto si es que no me gasté en pinceladas (magistrales o mediocres da igual), me seco olvidado en algún rincón, inútil, y presto a ser tirado si un buen día me encuentran o reutilizado con un poco de agua violando mi auténtico color, porque no soy tan bello como cuando se me compró.

Soy como el girasol, olvidado, que fue plantado en el malecón. Crezco grande pero no imponente, con mis pétalos amarillos, cagándome de frío, cagándome de calor, sin madre que me cuide, aguantando todo el día al picaflor que pica, jode porque no puedo defenderme, porque no puedo gritar de dolor. Miro al sol durante el día, pierdo el encanto tras el ocaso y, por las noches, ya ni sé quién soy yo, me quedo en el mismo sitio lo que me queda de vida mientras me va creciendo esta joroba enorme y me inclino al borde de la muerte culpando a esta tierra que ya no me quiere y esta agua que ya no tiene sabor.

Soy un poco como era, aunque antes era mejor
soy de los que esperan una nueva era,
de los que hemos vuelto gritos de esperanza
nuestros gritos de dolor,
lo que no nos rascamos la panza
cuando sentimos cosquillitas de amor,
de los que durante el día empujamos el mundo si no avanza
y nos sentamos en el muelle
viendo cómo se oculta el sol.
Soy un poco como era
y no sabía cómo era entonces
tampoco sé cómo soy hoy.

sábado, 21 de febrero de 2009

Tirado

(...) coñ uños cigarrillos de mala, y leñta, muerte, me acuesto bajo tres colchas a llorar siñ que ñadie me escuche preguñtañdome si vale la peña seguir cuestioñañdo si amarte estuvo mal.
coñ uños cigarrillos de los que se acabañ eñ dos pitadas y te dejañ la boca olieñdo a mierda, me escoñdo de todos eñ la meñtira de la oscuridad de las luces apagadas. La oscuridad es debajo de la almohada, apeñas podieñdo respirar.

y, tirado, al costado del ceñicero me digo, amarte ño estuvo tañ mal después de todo porque coñtigo apreñdí a fumar (...)

jueves, 19 de febrero de 2009

Tirado

Al escribir me siento como cuando juego fútbol, creo hacerlo medianamente bien pero en la cancha, con los demás jugadores, mis palabras suenan como autogoles y la gente no corea mi nombre sino piden mi reemplazo y a la banca voy.
Pero no por eso he dejado un segundo de jugarlo, ni un segundo de escribir, porque el amor al fútbol, el amor a las letras, no es hacerlo bien, el amor es hacerlo entregándose al cien.

miércoles, 4 de febrero de 2009

La Casa de la Piscina

Siempre que paseaba por la Avenida San Martín, me ponía las audífonos porque me aburría el ruido de la ciudad, los bocinazos, las frenadas y unos conchatumadre que terminaban por hastiar a cualquiera. No salía muy seguido porque vivía tranquilo dentro de mi cuarto donde tenía todo lo necesario para ser feliz, pero una que otra vez me gustaba ir a la casa del cabezón para conversar, tomarnos algunos tragos con los rumberos y jodernos hasta que dieran las dos de la mañana y pedirle a alguien que me jale hasta mi casa porque los ladrones salían a cazar.

Siempre que paseaba por la Avenida San Martín me detenía un segundo a media cuadra de mi casa a contemplar la piscinita que, en quince años que pasaba por ahí, nunca había visto llena ni a medias sino siempre seca y sucia, llena de hojas muertas y la arena que dejaba la paraca que venía muy de vez en cuando. Luego la dejaba atrás y me olvidaba, es una casa sucia más, como la mía, como la de mi vecina y como muchas otras en la ciudad, el viento arrastra la arena desde el desierto y minutos después de haber barrido la acera frente a la puerta ya estaba sucia de nuevo. Es por eso que nunca me llamó la atención la suciedad de las casas de la avenida ni de las veredas, no por gusto en verano caminaba descalzo por la calle.

Pero ese día fue diferente, en su casa, el cabezón me contó que durante el tiempo que me fui a Lima muchas cosas habían cambiado en Ica, lo que era muy cierto, la ciudad parecía otra, las cosas se habían modernizado y caminar se había vuelto más peligroso, con la inyección de dinero que hubo, se incrementó el número de asaltantes, secuestradores y putas. Al parecer, la necesidad había obligado a algunas familiar a usar su domicilio como casa de citas y contratar chicas para saciar las necesidades de aquellos a quien no les bastaba con los placeres sexuales gratuitos.

De las tantas casas que se dedicaban a esto, sólo una tenía interés para mí. La casa de la piscina vacía, en la que nunca vi entrar o salir a alguien y que pensé que vivía algún jubilado que no tenía ni mierda que hacer fuera de su casa y se quedaba viendo televisión todo el día o que paraba tan ocupado que no tenía tiempo para limpiar su piscina. Decían que habían visto a varios hombres entrar en las noches y salir a los veinte minutos, servicio especial, sin colas, sin enfermedades y total discreción. Lo que no saben es que en las ciudades pequeñas la discreción no existe, unos tíos, un par de primos y unos conocidos ya habían sido identificados como asiduos visitantes de la casita del placer.

Entre cambios de tema, el hacer hora con la chela en la mano e ir detrás de la casita del parque a orinar, dieron las dos de la mañana y era hora de volver a casa para que mi vieja, mi querida vieja, no estuviera preguntándome dónde estaba ni con quienes. (Gus)Tavo podía jalarme porque para ir a su casa tenía que pasar por la mía, pero no, así estaba bien, quería caminar, me puse los audífonos, la chaqueta y a empezar el recorrido.
Minutos después estaba cerca de casa, y lo vi, mi pareja de la fiesta de promoción, una puta conocida, le abría la puerta de la casa de la piscina a un extraño que llegaba con un tufo incontenible y apenas en pie, me ve y no me ve porque esquiva la mirada, hace pasar al extraño y cierra la puerta. Me saqué los audífonos porque quería saber cómo sonaba una casa de citas, después de dos gemidos apenas perceptibles decidí seguir. Llegué a casa a dormir a la fuerza, con putas tan cerca podía caer en la tentación de visitarlas. Al día siguiente, regresé a Lima.

sábado, 31 de enero de 2009

El eco siempre se hace esperar

A veces escucho el silencio del mundo cuando termina la lluvia y no quiere salir el sol ni se dejan ver las estrellas, cuando el cielo deja de soltar las lágrimas pero no sonríe, como si estuviera dormido cansado de tanto llorar. A veces escucho el silencio del mundo y siento la soledad, y me parece que no existo, que soy un fantasma sin muerte previa, que esta alma que me regalaron no sabe de felicidad, entonces me siento un momento tras la ventana, aprieto mis puños y me pongo a llorar.
A veces siento el silencio del mundo y me siento vacío también, apoyo mi cabeza en mis manos y me pongo a pensar que el mundo calla un segundo para poder respirar, para sacarse este caos de encima, para tener un segundo de paz, entonces me siento un momento tras la ventana, aprieto los dientes y mi corazón deja de palpitar.
A veces escucho el silencio del mundo, que está cansado y lleno de penas, poblado por gentes que no saben ser buenos ni con los que ellos saben amar, harto de sus pisadas de furia y las huellas que nadie sabe de dónde vienen y ni a dónde van. A veces escucho el silencio del mundo que pide un poco de piedad, que dejar vivir es más difícil que matar.
A veces escucho el silencio del mundo, entonces me siento un momento y suena la bala, se oye el sollozo, se escucha la pena, el hambre, la ruindad, se oye la malicia, la avaricia, la soledad, retumba el dolor, la rabia y la mezquindad, canta el grito que exige paz y libertad, susurran los ángeles que los hombres no saben ni mierda sobre buena vecindad.
A veces escucho el silencio del mundo, entonces me siento un momento tras la ventana, aprieto los dientes, cierro los ojos y me tapo los oídos porque luego vuelve con fuerza el ruido de la ciudad y yo, yo ya no quiero escuchar.

sábado, 24 de enero de 2009

¿Cómo firma el poeta?

La firma de un poeta es importante para que antes de que su poema sea leído ya dé qué hablar.

De la originalidad de la firma depende que no vaya a ser confundido con la de otro colega, lo que a la larga siempre sería un problema porque puede que ambos compartan el mismo lugar y un poeta es único y así se sabe porque entiende que cuando escribe solo existe él, él y el papel.

También, debe ser coherente con el estilo que lleva. Esto porque el poeta puede escribir cosas contradictorias a lo que él mismo piensa porque un poema dice lo que el poema propiamente quiere decir, pero que se contradiga en su propio estilo es imperdonable, es como negarse uno mismo, es como querer dejar de ser lo que siempre quisiste ser. Un trazo de más en la firma podría ser un suicidio.

Sin embargo, yo prefiero el método más sencillo: dejarlo sin firmar y lanzar el poema al mundo como una botella al mar y esperar a que alguien lo lea y se lo apropie, con tal de que lo sepa recitar todo está bien.

Flor de Papel

Celofán. Brillante bajor el sol
como mil espejos de color.
Flor de papel, sin vida en sus pétalos
pero con la belleza de un Rafael,
como un ángel y su luz,
como la luz de neón de cualquier hotel.

Flor de papel celofán, frágil al contacto
y delgada como mis dedos,
cubierta de escarcha y de rocío,
cubierta de amor y odio, calor y frío,
cubierta de su melancolía de papel
de aquellos días
que se veía la lluvia caer.

Flor de papel, a sus quince años,
una chiquilla que anda por las calles
vendiendo estampitas, los sábados humitas,
para mantener a sus hermanas chiquitas.
Flor de papel, hablando con extraños,
una niñita que no tuvo niñez,
una flor que se abrió muy pronto
a ver que el mundo es cruel, feo y soez.

Flor de papel, celofán, sin afán por la vida
y sin vida que gozar,
pero a pesar de todo
al brillar el sol ella sonríe
porque es una flor silvestre de ciudad
porque ella es más fuerte
más fuerte que la tempestad.

viernes, 16 de enero de 2009

El día de los reproches II

Bitcha. Escribe el poeta borracho en su alcoba, con la escoba, con una arroba de habas habitando su dormitorio. Escribe el poeta borracho bitch, ojalá que descanses donde nunca descansan las almas, donde los lamentos son infinitos como el amor que te supo tener, y buen provecho, te lo comiste todo tú.

Bitcha. Recita el poeta, juglar. Jugar, quisiste, matar, lograste. Juglar de reyes caídos, como los ángeles del infierno. Poeta de muchas mujeres y pocos amores, desdichado sargento en una guerra sin fin consigo mismo, un poco de basura entre sus ojos y a escribir balas de soledad.

Bitcha. Recita el poeta cansado, con los ojos rojos llorosos brillantes como rubíes en bruto, descansado de tu presencia y falto de ti. Recita el poeta cansado sus versos más tristes, sus verbos más pobres, una lírica sin gracia y una gracia que sólo es para ti. Recita el juglar mirando el mar, esperando por un eco descorazonado que le traiga su voz de vuelta porque todas las palabras que te ha dedicado no las ha escuchado más.

Bitcha. Rompe el poema en cuatro, en dos horas más partirá, a un mundo de bohemios felices, a un mundo donde no regales a todos tu intimidad. Bitcha, rompen las olas encima de un lobo de mar varado, así está el poeta, con la cerveza que todos le tiran, en el suelo de un bar, tirado.

miércoles, 14 de enero de 2009

Anadiplosis Vulgar

Y te dije, guarda silencio,
Que el silencio de la noche me dice,
Qué dices tú de mí.

¿Y qué dice esa noche muda?,
Muda rápido de aquí.
¿Acaso aquí no estás a salvo?
Salvo que quieras morir.
¿Entonces muere lo nuestro?
Lo nuestro ya tocó fin.

Y al fin, ¿qué te dijo la luna,
Que tras la luna de mi cuarto,
A un cuarto para las diez le dije yo?
Dijiste: “Yo no quiero a este niño,
Niño que más que amarlo me hace reir,
Y a reír me quedaré,
Cuando me quede con su corazón en mano,
Y mis manos se queden sin él”

Él le dice entonces:
“Entonces ríe de una vez,
Que alguna vez te di mi corazón,
Y sin corazón, no lo quisiste devolver.
De volver, ni pienses que hoy me voy,
Me voy a olvidar de querer”

martes, 13 de enero de 2009

Pretérito Imperfecto I

1.- No es una declaración de amor sino un desahogo fuera de lo normal, le dije.
2.- Para mí es una llamada cualquiera, de un cobarde que no me puede decir las cosas al frente, es como decir nada, me dijo.
3.- Y tú qué sabes de este decir, dices eso porque no tienes que ocultar lo que sientes por respeto a la dignidad y decencia que quieres que otros vean en ti y quiero que tengas, le dije.
4.- Por qué dices que no sé sobre tu decir si ya me dijiste que te gusto, si ya me dijiste que me quieres. Si has dicho que evitas quererme porque puede llegar el punto en que no puedas decirme que no. Son todas palabras de cualquiera, nada que no me hayan dicho antes, ¿es este tu desahogo fuera de lo normal?, no querido, esta es una declaración de amor común y vulgar, me dijo.
5.- Pero a qué viene todo esto, si en el fondo te encanta que me muera por ti, le dije.
6.- No es eso idiota, si serás!, es que eres un niño todavía, jugando a las cartitas, a dejar mensajes en el celular, esas son cojudeces, no hay nada que quede más guardado que tu voz en mi mente, me dijo.
7.- Eso es mierda, si al final me echarás, te irás y no quedará vestigio de lo que te estoy queriendo. Los poemas son eternos, los amores no, le dije.
8.- Los poemas son enternos dices, los poemas rotos que tiras al tacho también?, cojudeces. Además, si así fuera, si los poemas fueran eternos, a su manera serían mediocres también porque si bien dices los amores no son eternos, sí son legendarios, me dijo.
9.- Esta conversación se hubiera resumido en un te quiero o un te quiero besar. Estamos enfrascados en una conversación sin sentido, inservible. Nos alejamos hablando así, queriendo argumentar para tener la razón y no para razonar. Si esto es lo que quieres escuchar, pues ya está, te quiero, es lo que querías no?
10.- ¿Y de qué sirve que me quieras si yo no te voy a querer?, me dijo y yo no supe qué responder.

jueves, 8 de enero de 2009

Las primeras palabras

doce, dice. dulce, prueba. la paciencia se le acaba en un ratito y dice once, se van los minutos que le quedan, pero ella no los quiere más, se quiere ir, sin más, sin mí.

once, como quien no quiere la cosa, posa su vaso medio lleno al filo de la mesa y lo deja caer, mierda! deja oir en la sala, mierda! todo se ha acabado, presiento. mierda! cuanta razón tenía, mierda! maldecía mientras se iba.

diez, pero si quedan diez todavía. no importa, el tiempo no es buen amigo y tú lo sabes, yo ya no soy tuya y tu serás mío un tiempo más. diez, el tiempo es mi mejor amigo porque si esos diez te hubieras quedado, ay de mí que me hubiera matado y ay de ti que de mí, en esos minutos, te hubieras enamorado.

nueve, de la noche, a dormir temprano que este feeling roedor a medida que se hace más de noche se vuelve más violento, menos lento y más humano.

Dos palabras en el mismo papel

alguna vez escribía te quiero en papel, cuando precisamente no quería querer a nadie y los zumbidos jodidos de toda faceta enamoradora me atormentaban intentando saber si era correcto o no quererte sobre papel y no a la cara, como los machos.
alguna vez escribía te quiero, porque no quiero, quería, decirlo al frente y me mantuve firme en el método cobarde, que es más entretenido y más barato (Fito Páez) pero a la larga tonto e impotente. alguna vez que escribía que te quiero me decía que estas palabras sobre papel no sirven de nada, como las orquídeas sobre el pecho en las fiestas de promo, es un reflejo de la vanidad que nos hacemos sentir los poetas malhechos y malhechores. por eso cuando ahora, por las noches, escribo que te quiero sobre papel lo subrayo porque son las palabras que alguna vez, ocurrirá, diré al frente, sin vergüenza como los sinvergüenzas, sin miedo como los temerarios, sin dinero como mi monedero, como un buen muchacho, como los machos.